A los siete años, ya estaba en la calle. Mi bancarrota se debía a una seguidilla de malas decisiones y peores asesoramientos. Por no decir las cosas a tiempo, siempre me hice pis encima lo que me llevó a preocuparme más por cuestiones hidrófugas que por el cuidado de mi patrimonio.
Lo fui perdiendo todo. Chupete, moisés, cuna, papillas. Y hasta el triciclo. El ícono de mi identidad, mi ser en el mundo. Y en todos los mundos.
Yo confiaba en mamá, en papá.
Un día volví a casa después de apostar fuerte a las figuritas y vi que también había
perdido mis sandalias skeepy con ese olor a plástico y queso que me hacía volar. Sí, me apretaban los pies pero acaso la felicidad alguna vez me reclamó por los juanetes?. Además, todos me conocían por ellas. Ahí va la nena de los drooker. Ah, sí, la chiquita con olor a porsalut (*).
Yo dejé de confiar en papá y en mamá.
Me despojaron de todo. Pero lo peor era ver a mi hermana menor a bordo de mi identidad de género. Género humano. Yo era más de este mundo con mi triciclo.
Y no contentos con semejante despojo, me tiraron las skeepy a la basura. Inolora y sin medio de movilidad, desaparecí de los lugares que solía aromatizar. Y pasé a la clandestinidad barrial.
-Y!?!?…. Viste lo que hay en el comedor, Marta? Qué nos decís? Te gusta?
El tele. El primero.Y como una cañita voladora salí de la clandestinidad.Y lo vi. Perdí el habla y la audición. Se me paralizaron los párpados y las piernas. Se me cayeron los dientes, las uñas, las pestañas, la lengua y la bombacha. Y, en pleno éxtasis, me cagué. Allí estaban esperándome La Caldera del diablo, Randall el justiciero, Tuckson Arizona, Mister Ed, El Show de Dick Van Dike.
-Che, la nena se cagó…
-Cochina! …justo ahora que éramos tan felices.
Desde entonces tengo estreñimiento. No quiero gente desgraciada a mi alrededor.
Y volví a confiar en mamá y en papá.
La diosa fortuna jamás acepto mi adoración por lo que cambié de creencia. Y dejé el triciclo para mi hermana menor. Y me hice acólita de la Iglesia Catódica.
Sigo en la cochina miseria, pero siempre tengo un tele a mano. Y aunque ya no me cago de la emoción, salgo de mi clandestinidad cada vez que lo enciendo.
(*) NOTA DE LA ABUELA
Nietita olorosa, recuerdo muy bien el sólido aroma de las skeepy y, sin dudas, era dambo.
La iglesia catódica... ¡Jajaja pero que ocurrencias!
ResponderEliminarlinda vade, todavía no le tomo la mano al diseño en blogger pero se siente mucho mejor que la cocte...
ResponderEliminarBienvenida Marta, como viejo (ex)blogger te doy la bienvenida... y en una de esas me pongo a reflotar alguno ( EL BLOGO DE LA MUERTE, MALDITOS NUÑEZ, VANGUARDILOCUENTES & VANGUARDISTOTELICO-TOMISTAS... no se llaman asi pero voy registrando nombres)
ResponderEliminarja ja... volvé... volvé así despuntamos el vicio... o los...
EliminarQue placer volver a encontrarte !!! hacia un par de años que le habia perdido el rastro a tu blog. Que alegria !!! sos una grosa
ResponderEliminarQue alegron volver a encontrar tu blog Marta !!! me haces reir hasta las lagrimas !!!!
ResponderEliminarHola! Me acordé después de muchos días de visitar el blog. Que bueno que bueno. Yo done mi triciclo guiada por no se que afán de solidaridad en el zaguán de Amuchástegui 113. Y lo extraño...
ResponderEliminar